El asunto empezó en 1920. Para entonces César Vallejo, de 28 años, ya tenía cierta fama por su primer poemario. Vivía en Lima pero viajaba s...

Trilce en la prisión

El asunto empezó en 1920. Para entonces César Vallejo, de 28 años, ya tenía cierta fama por su primer poemario. Vivía en Lima pero viajaba seguido a su tierra (Santiago de Chuco) para visitar a la familia. Hacía poco que había muerto su madre y, en esta ocasión, permaneció en el pueblo más tiempo del normal. Entonces, en un confuso incidente vinculado a las luchas de poder entre autoridades locales, un hombre fue asesinado por la policía. La población protestó, pidió justicia, hubo desorden (incluyendo el incendio de unas ricas propiedades). Se abrió una investigación. Vallejo fue uno de los testigos. Pero, en un giro extraordinario (que juristas y biógrafos han demostrado fraudulento) se coló en el expediente un testimonio según el cual el muerto se había suicidado (!) y los que eran testigos fueron acusados de instigar una insurrección injustificada. Vallejo huyó. Se escondió en Trujillo pero fue capturado y encarcelado.


 

 

En una de las cartas que escribió desde su celda dice:

Encuéntrome, desde bace un mes, preso en la cárcel de esta ciudad, enjuiciado calumniosamente por un hato de crímenes vulgares que yo nunca he cometido. Es el ambiente provincial. Los rescoldos equivocados de maledicencia lugareña. [...] Soy víctima ahora de una de esas tantas infamias gratuitas o brutalmente caramboleadas que abundan, apestando a murciélago, en cada montón de cosas distritales. Se me ha empapaleado a toda impunidad y a todo descaro.
 
Pero, además de cartas en las que exponía su situación, denunciaba la injusticia y pedía a sus amigos que presionen por liberarlo, Vallejo escribió allí los primeros textos de lo que sería el poemario más original de la literatura en castellano de su tiempo.
 

EL INICIO

 
Es verdad que Trilce no es tan "claro" ni "fácil de leer" como el resto de la obra de Vallejo. Pero un lector atento y paciente puede descubrir sus maravillas. Y, tambien, la sombra terrible de la cárcel, que atraviesa todo el libro. Recordemos, si no, el primer poema . A primera vista parece un trabalenguas. Pero en la segunda lectura, si lo miramos bien, se aclara el asunto y comprobamos la audacia del poeta. 
 
Quién hace tanta bulla y ni deja
Testar las islas que van quedando.
Un poco más de consideración
en cuanto será tarde, temprano,
y se aquilatará mejor
el guano, la simple calabrina tesórea
que brinda sin querer,
en el insular corazón,
salobre alcatraz, a cada hialóidea grupada.
Un poco más de consideración,
y el mantillo líquido, seis de la tarde
DE LOS MÁS SOBERBIOS BEMOLES.
Y la península párase
por la espalda, abozaleada, impertérrita
en la línea mortal del equilibrio

(Trilce I)
 
Algunas palabras clave: "salobre alcatraz" (el alcatraz es un ave guanera del Pacífico), "se aquilatará mejor el guano" (habla de los excrementos de estas aves), "testar las islas" (es decir, coronar las islas: está haciendo referencia a las gruesas capas de guano que blanquean las islas del mar peruano). Habla de fluidos, desechos, sustancias. Pero no. Esto no va (según el crítico Julio Ortega) de aves haciendo sus necesidades, sino de personas en el mismo trance (incluso describe la posición: "y la península párase por la espalda... en la línea mortal del equilibrio").




 
Pero no es algo que ocurre en cualquier lugar sino en la cárcel: sin privacidad ("quién hace tanta bulla"), en un entorno hostil (se exige "un poco más de consideración" dos veces). Pero, hay más. Veamos el contexto: En los poemarios de su tiempo, el primer texto del libro solía ser una especie de "arte poética" del autor. Es decir, una declaración sobre la obra (cómo escribo / sobre qué / por qué). ¿Recuerdan el famoso primer poema de Los Heraldos Negros? ¿No resume, de algún modo, todo el tono de ese libro?. En esa lógica, en el inicio de Trilce, Vallejo estaría comparando el acto creativo con una necesidad orgánica. ¿Por qué? El guano de islas es un fertilizante muy cotizado, a pesar de su origen infame. Quizá Vallejo quiere decir que la obra del artista es también valiosa, aunque surja de la actividad menos digna y en una situación en la que no hay intimidad ni libertad. Todo lo contrario a lo que se cree que es el momento de crear.

Ortega ha señalado una extraordinaria coincidencia entre el inicio de Trilce y un famoso fragmento del "Ulises" de Joyce, que narra el mismo asunto. Y es que ambos libros fueron publicados el mismo año y revolucionaron, no solo las letras inglesas y castellanas (aunque Vallejo fuera menos comprendido q el irlandés), sino los temas sobre los que se escribía, volviendo relevantes las actividades más básicas y ordinarias que casi no se mencionaban en la literatura previa. Porque la gran aventura del ser humano, la que realmente merecía ser contada, era la que vivía, a diario, la gente común. Incluso, se ha señalado, que dentro de la oscuridad del tema, Vallejo recurre al humor. Eso de "los más soberbios bemoles" (en mayúsculas) se referiría a los sonidos producidos en el baño.
 
 

 

LA CÁRCEL EN TRILCE

 
Casi todos los demás poemas del libro (en total 77) siguen la línea radical de su tremendo inicio, aunque se refieren a otros temas. Pero en todas partes sentimos el peso de los grilletes. A veces, el mundo entero es "la cárcel". A veces, el hogar:
 
Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo.

(de Trilce III. Dato: los nombres que menciona son los de sus hermanos)
 
Pero la cárcel no es solo métafora, sino escenario:
 
si estuvieras aquí, si vieras hasta
qué hora son cuatro estas paredes.
Contra ellas seríamos contigo, los dos,
más dos que nunca
 
(fragmento de Trilce XVIII)
 
También están allí los guardias de la prisión y su brutalidad:
 
En tanto; el redoblante policial
(otra vez me quiero reír)
se desquita y nos tunde a palos,
dale y dale,
de membrana a membrana,
tas
con
tas.
 
(fragmento de Trilce XLI)
 
Pero los carceleros, reconoce el poeta, son humanos como él, condenados a sus propios barrotes: los de su rutina y obligaciones. Vallejo se conduele de ellos. Se solidariza: 
 
El cancerbero cuatro veces
al día maneja su candado, abriéndonos
cerrándonos los esternones, en guiños
que entendemos perfectamente.
Con los fundillos lelos melancólicos,
amuchachado de trascendental desaliño,
parado, es adorable el pobre viejo [....]
 
(fragmento de Trilce L)
 
Lo que más han destacado los lectores y críticos es cómo Vallejo rompe el lenguaje, inventa palabras, crea nuevos significados para las que ya existen, mezcla el habla popular con el "habla culta", prescinde de la solemnidad, destruye la sintaxis, se da el lujo de ser agramatical. Tanta libertad no es, me parece, sino la venganza del poeta contra su propio encierro. 
 

LIBERACIONES

 
Enterada de los vicios judiciales, la opinión pública presionó para que se ordene la excarcelación de Vallejo en febrero de 1921 tras 112 días encerrado. Pero el proceso no se archivó. El poeta volvió a lo suyo, terminó el poemario que empezó en la cárcel y lo publicó en 1922. Sus antiguos admiradores, atónitos, no sabían cómo defender la obra. Algunos no ocultaron sus burlas contra lo que parecía un libro absurdo o una broma de mal gusto.



La incomprensión general, golpeó el ánimo del poeta que empezó a mirar otros horizontes. La inminente reactivación de su proceso judicial lo decidió: gastó hasta el último centavo en un pasaje a Europa en donde esperaba mejor suerte. Igual, la pobreza y la incomprensión se le colaron en la valija como polizontes. Y lo asaltaron en el exilio muchas veces.

 
Pero, a pesar de las dificultades que enfrentó, él mismo admitiría, en uno de sus poemas europeos, que lo peor ya había pasado. "El momento más grave de mi vida —escribió— fue mi prisión en una cárcel del Perú".
 
Se acaban de cumplir 102 años desde que las rejas se abrieron para él. Las de la cárcel. Las otras ya estaban abiertas desde que empezó a escribir.
 

Fuentes


  • Vallejo, César: Trilce. Edición de Julio Ortega. Cátedra-Letras Hispánicas, 2003.
  • Tello, Olga: El tema de la cárcel en Trilce. UNMSM: Lima, 2018)
  • Prado Chirinos, J. (1992). Una carta desconocida de César Vallejo sobre su prisión en Trujillo. Lexis, 16(2), 259-266
  • Vásquez, Luis: El proceso contra Vallejo. LPDerecho. (https://lpderecho.pe/proceso-penal-cesar-vallejo-poeta-universal). Lima, 2020.
 
 
Un texto de Pablo Ignacio Chacón (publicado originalmente en 2021)

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